En cierto lugar, vivía un príncipe quien, quizá no muy rico en oro, era muy querido por su pueblo. También gozaba del amor de una esposa gentil y bondadosa.
Allí donde se ama se ha empezado a construir ya el cielo a golpe de milagros. En definitiva, los milagros, para Jesús, eran ante todo “los signos del Reino”,
¡Hola a todos! Cuando, en autobús o tren, viajo distancias medias o largas, acostumbran a proyectar películas que no sé si deberían de ser consideradas