22 de Julio
¿Por qué traer aquí hoy a una santa que no fue dominica, sino que es uno de los personajes del evangelio y además uno de los más próximos a Jesús?
Santa María Magdalena, Miriam de Magdala, fue una de las mujeres que formaban parte del grupo de los discípulos de Jesús. Salvando lo que dicen los Evangelios sobre esta mujer, los datos o noticias históricas sobre ella son casi nulos y, dejando el ámbito de la historia, se entra ya en el de la leyenda.
La tradición cristiana ha unido en ella distintas figuras de mujeres -una poseída, una prostituta, la María hermana de Marta, etc.- y hay un evangelio apócrifo con su nombre. Sea como fuere -y pese a leyendas y best-sellers de amores con Jesús- es un personaje importante en el Nuevo Testamento porque fue Miriam de Magdala, la primera persona que vio a Jesús resucitado y del que recibió el encargo de ir a decirle a los apóstoles que estaba vivo: la apóstol de los apóstoles, la primera predicadora de la resurrección…
Y justo ese es el motivo por el que para la tradición de la Orden de Predicadores, tan importante es María Magdalena, por ser la primera predicadora del resucitado.
Patrona de los y las dominicas, la presencia de María Magdalena junto a la cruz, en el sepulcro y en la mañana de la resurrección representa para la Orden de Predicadores un modelo excelente tanto de contemplación, compasión, amor y oración, como de predicación.
La tradición cristiana nos dice que Maria Magdalena acabó su vida como penitente en el sur de Francia… precisamente donde santo Domingo comenzó la Orden de Predicadores.
Además una enigmática mujer única en su cultura pues su nombre no se identifica con ningún nombre masculino como en aquella época, sino con el nombre de su ciudad natal, por lo que se deduce que fue influyente y de buena posición económica.