Me han pedido que escriba sobre «mi nuevo comienzo» y no sé lo que escribir porque no creo que sea un comienzo, creo que solo se trata de un cambio de escenario, personajes y por supuesto de visión, pero la esencia es la misma, la esencia de la vida y mi misión con ella.
Me presento: Soy Carmen, de Sevilla y del grupo Kénosis (San Jacinto). Ahora estoy en los EEUU porque decidí tomar un tiempo fuera de mi zona de confort, para escucharme más a mí y al mundo con el fin de acercarme un poquito más a esa misión/propósito que creo todos tenemos en esta vida.
Pienso que es algo muy necesario, esto de tomar conciencia de ti mismo y de la interacción del mundo, y creo que muy pocos nos damos este tiempo, (no hace falta irse tan lejos, pero es que yo soy exagerada para todo, no podía ser menos en este caso) para actuar en consecuencia con lo que somos: un milagro, hijos de Dios, hermanos y humanos.
En lo que llevo recorrido de viaje (vida) solo saco en claro una cosa, un motor increíblemente fuerte: el amor.
El amor a ti, a la familia, a los amigos, al señor que se sienta a tu lado en el autobús, el amor que le pones a la tarta que haces para tus compañeros de trabajo, el amor del desconocido que te ayuda cuando te pierdes y del conocido cuando te encuentras…
Estoy en el continente del colonialismo donde nuestros antepasados llegaron y se impusieron, donde la tierra ya parece no ser de nadie o más bien de todos y aunque sigue habiendo algunos problemas de racismo y culturas, hoy por hoy, podemos vivir todos juntos conociendo nuestras diferencias y aprendiendo a amarlas. Me parece lo más maravilloso de este sitio.
Nos pasamos los días ocupados con trabajo, estudios, cosas… necesarias claro, pero que no se nos olvide lo principal, el motor que da sentido a todo.
Al contrario de lo que piensa mucha gente sobre la sociedad actual, yo creo que estamos en una etapa de nuestra existencia históricamente privilegiada, porque siento un cambio en las personas. Creo que empezamos a darnos cuenta de que hay algo más que esta vida, de un motivo que aunque desconozcamos podemos sentirlo, así que para mí ya está ganada esta batalla de vivir.
Leí una frase que decía: «una taza solo sirve cuando está vacía», no pude entenderla al principio, ahora lo tengo claro, y quiero ser una taza vacía para poder llenarme del amor y la gracia que Dios pone en este mundo, para servirle y seguirle.