El pasado viernes empezaron los casi tres días de Encuentro en el Tossal (Valencia). Unos días para acercarse al Feminismo, a la Iglesia y a la mujer, para compartir momentos y reflexiones con personas maravillosas de nuestra Familia Dominicana.
Empezaron a llegar coches y con ellos los reencuentros, las sonrisas de oreja a oreja, abrazos que son refugio y algunas caras nuevas llenas de ilusión y un poco de timidez que no tardó en desaparecer. Tantas emociones sentidas en un momento que ya sabía que estaba donde quería estar.
Una vez estábamos todas y todos, el grupo MJD Esnalar (Oviedo) aportó un intrigante juego para la noche del viernes, un thriller que nos permitió liberar un poco de la tensión acumulada en la semana y algún que otro grito hasta que conseguimos descubrir quién mató al personaje ficticio de Emma.
El sábado ya nos adentramos en la temática del Encuentro, y qué mejor que hacerlo con fuerza gracias a una increíble oración creada por el grupo MJD Kénosis (Sevilla), recordando y permitiéndonos empatizar con la opresión a la mujer y consiguiendo crear un clima de reflexión que mantuvimos toda la mañana. Seguidamente, con Olivia Pérez al timón, pusimos rumbo a la historia y estado actual del feminismo. Nos presentó a mujeres valientes que pusieron su semilla en la defensa de la igualdad de género como Olympe de Gouges o Mary Wollstonecraft; pero también, y por desgracia, datos estremecedores sobre la violencia de género que vislumbran todas las batallas que quedan todavía por ganar.
Por la tarde, tuvimos a cuatro ponentes que relataron su experiencia como mujeres en la Iglesia en un formato de mesa redonda: Cristina Expósito, Olivia Pérez, Montse Escribano y Conchi Jiménez, cuatro experiencias muy dispares que creo que no dejaron a nadie indiferente.
Para terminar el día, el grupo MJD Emuná (Madrid) preparó una oración donde se nos invitó a meditar sobre nuestros miedos, nuestras debilidades, para después poder enterrarlas y brotaran de ellas compromisos, los cuales llenaron las ramas de un árbol de colores y de un trocito de cada una de nosotras.
Llegó el domingo, último día, con una pancarta -todavía en blanco- titulada “Mujeres en la Iglesia: vida real”. Pero que Fr. Javier Aguilera OP, el último ponente, se encargó de que no quedara así. Sus palabras nos hicieron reflexionar sobre qué hacemos nosotros por la igualdad de la mujer, enfocada desde una pregunta que me hizo profundizar mucho más: ¿damos o nos damos? Nos separamos por grupos y pudimos pensar en nuestro papel como jóvenes dominicos y en acciones concretas que podríamos llevar a cabo para la defensa del feminismo y la inclusión de la mujer en la Iglesia. Dos preguntas que dieron pie a un debate intenso y motivador con multiplicidad de ideas y opiniones, pero todas con un fin común.
Y así se terminaron los talleres, dejando muchas buenas propuestas que espero que poco a poco llevemos a cabo. También, y sin ganas de que se acabara, finalizaba el Encuentro con un papel protagonista de la mujer durante la eucaristía.
En resumen, un fin de semana demasiado corto para mi gusto, que ha despertado en mí las ganas de saber más y la motivación para actuar. Porque si algo tengo claro de todo el encuentro es que me declaro culpable de ser joven, cristiana, dominica y feminista, y como dice el texto de Miguel Gane que usó Kénosis para la oración, “aquí estaremos para luchar, pero no por ti, sino contigo”.