El MJD es una experiencia que me habían recomendado Álvaro, Juanjo… y que decidí experimentar dos semanas antes del Encuentro. Los días de antes tenía dudas, no sabía si me iba a gustar o iba a estar cómoda compartiendo y conviviendo con gente que no conocía de absolutamente nada.
Llegamos a Madrid el viernes sobre las 23:00 e hicimos unos juegos para empezar a “soltarnos” y perder la vergüenza. La verdad es que en ese momento me di cuenta de que las personas que estaban allí y no conocía de nada eran similares a las personas con las que comparto los viernes, la gente de Grupo Espiga.
Por la mañana nos despertaron con musiquita y desayunamos todos juntos y cogimos fuerza y energía para la primera formación de la mañana. Se dividió en dos partes, la primera consistía en expresar mediante dibujos, palabras, colores… cómo estamos a nivel de Fe en una personita. Lo pusimos en común y a través de las explicaciones de los demás, me di cuenta que muchas personas de allí estaban o han estado en fases similares a la mía, sintiéndome muy identificada.
En la segunda parte, Almudena, dos hermanas de Villa Teresita y Lara nos dieron sus testimonios y nos explicaron como vivían ellas la Fe, siendo impactante el poder ver como cada persona tiene una forma diferente de vivirla. Todas tuvieron algo que me impactó; en la de Villa Teresita me encantó ver como hay personas tan buenas que hacen todo lo posible para que personas con dificultades se encuentren queridas y acogidas, en la de Almudena me pareció increíble ver que pese a las dudas que puede tener se siente muy conectada con Dios y vive en mucha paz, y de Lara me quedo con todo lo que ha recorrido y buscado para conectar más con Dios y como ve la vida con su frase de “no hay que sobrevivir, hay que VIVIR”.
Después de esta intensa formación, en la que sentí muchas emociones, comimos y descansamos para prepararnos para la segunda formación del día, guiada por Jose Alberto y Lara, en la que hablamos de la Fe Viva. Nos juntamos por grupos y analizamos cada grupo un pasaje de la Biblia en la que se podían ver las actitudes que tenía Jesús y con quien se relacionaba. Luego lo pusimos todos en común, y mi conclusión fue que Jesús es una persona que acoge, que no tiene prejuicios y que se entrega a los demás, además de luchar por las injusticias y desigualdades.
Hicimos un descanso de 15 minutos y seguimos con la formación, hablando en esta parte de 4 personas dominicas importantes como eran Santa Catalina de Siena, Fray Antonio de Montesinos, Giorgio La Pira y Fray Dominique Pire.
A mi grupo le tocó hacer un breve resumen de San Francisco de Montesinos, que fue una persona que luchó para ayudar a los demás (una actitud combativa cercana a la de Jesús), concluyendo la tarde con la idea de que ahora la Iglesia somos nosotros, somos la Fe Viva y tenemos que llevar como lema el de este encuentro, pues estamos LLAMADOS A VIVIR.
Después de esta formación cenamos y nos preparamos para la vigilia, organizada por el grupo Esnalar, siendo Olaya y Laura quienes la dirigieron, donde nos contaron un cuento sobre la oscuridad y como la podemos ver de otra forma. Reflexionamos sobre como la aceptamos, con ayuda de quien y quien quiso lo compartió, reflexionando sobre quien nos “enciende la noche”, es decir, como salimos de esta oscuridad, siendo muy bonito y emocionante.
En la mañana del Domingo hablamos, con toda la teoría adquirida del día anterior formamos mesas de acción para ver como poníamos en práctica lo aprendido como jóvenes dominicos, tratándose Feminismo, Misión, Predicación y Migración. En mi caso elegí la mesa de Feminismo, donde tratamos lo que supone para la sociedad y planteando un proyecto que vamos a llevar a cabo, buscando, con nuestras herramientas, darle más visibilidad a problemas como la prostitución, la pornografía… En esta puesta en común aprendí y me di cuenta de cosas que nunca me había parado a pensar.
Por último, concluimos con la celebración de la Eucaristía, comimos y nos despedimos.
La verdad que me he ido del MJD con ganas de más y de repetir, ha sido una experiencia increíble, en la que mi Fe ha crecido mucho y espero que crezca más. Ahora toca esperar al siguiente encuentro y disfrutarlo tanto como este. Me he sentido muy conectada con todos los que estábamos allí y sobre todo, con Dios.