Lunes: 3 tandas de comprensión a aquel que empezó el día con el pie izquierdo y nos dijo algo que nos molestó.
Martes: 5 series de sentadillas a pensar cosas en las que nos hemos equivocado.
Miércoles: 10 genuflexiones de arrepentimiento a aquel que hemos ofendido hermano, padre, hijo, abuelo….
Jueves: 25 minutos de running a pedir perdón al otro para solucionar cualquier conflicto antes de que acabe el día.
Viernes: 15 minutos de masaje con réflex-ión como muestra de cariño y rehabilitación de tu relación con el prójimo.
Sábado: nadar 70 veces 7 metros contra la corriente de los egos y practicar el estilo a-braza la humildad y la sencillez de espíritu.
Domingo: descansar el músculo del corazón y reponer fuerzas en Dios antes de empezar de nuevo el planning semanal.
El Papa Francisco nos dice que la familia es el gimnasio del perdón, y es cierto que en ella es donde aprendemos que con la convivencia es normal que salgan roces y asperezas, y cómo debemos comportarnos ante ellas. Hay que saber perdonar y también dejar el orgullo a un lado, pidiendo perdón con humildad. Lo más importante dice Francisco, es no dejar que estas fricciones se queden sin solucionar antes de que acabe el día y nos vayamos a dormir, porque si no se van haciendo más y más grandes y terminan por romper la familia.
Así que tomad nota de esta rutina semanal para que podáis estar en forma ejercitando el perdón recíproco con Dios y con el prójimo dentro y fuera de la familia.