El Viernes Santo es día de silencio y espera. De sinsentidos aparentes: el de la muerte, el fracaso, el dolor, el silencio de no saber y no ver, de no entender. Pero es un silencio cargado de espera y de esperanza. Confiado, lleno de fe. De esa fe profunda y honda del ser humano, que sabe, que siente, que pre-siente, que es imposible que la vida humana, que la vida de Jesús, sea sólo eso, acabe así. Es imposible que el sinsentido termine venciendo, Dios es un Dios de vivos, no de muertos.
Es necesario vivir la muerte, el sufrimiento, en el misterio profundo de la experiencia de la Pascua, para que la vida se imponga, para que el amor se cumpla, para que la plenitud y la salvación lleguen. Sólo quien vive en fidelidad podrá sobreponerse a la muerte, sólo el que vive de fe y de esperanza alcanzará las promesas de vida, sólo quien entrega su vida por amor recuperará su vida, sólo tras pasar por el misterio de la Cruz, Dios devuelve la vida a Jesús, y una vida inimaginable antes, la vida plena de la Resurrección.
El amor ha de ser, por fuerza, mucho más fuerte que la muerte, pero hoy vemos y nos puede, en su inmensa densidad, el silencio y la muerte en cruz del Señor.
Otro día más, aquí os dejamos los materiales preparados por las diferentes ramas de la Familia Dominicana para el día de hoy, el enlace al vídeo de formación del joven del MJD Álvaro García Devís (que se estrenará a las 12:00h en el Canal de YouTube del MJD) y el enlace al vídeo del Vía Crucis.
Vídeo-formación con Álvaro García Devís (MJD)
Vídeo VÍA CRUCIS
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