Las mejores cosas llegan sin hacer ruido, se cuelan sin avisar y tú acabas cediendo solo porque sabes que lo han puesto ahí para ti y tú estas ahí por algo.
Hola; Soy carmen, y estoy aquí escribiendo esto a lo que llamo un «intento de explicación sobre cosas inexplicables» porque… creo que porque algunos días, en algunas ocasiones, hay algo que llega a mí y hace tanto ruido dentro y con tanta fuerza que tiene que salir por algún lado. Y por aquí he decidido intentar sacarlo hoy… Pues bien, voy a explicar lo que pasa dentro de mí cuando estoy en un encuentro del MJD, o un domingo con mis compañeros de La Pechá, o un Campo de Trabajo, o una ordenación de una persona tan especial como Vicente Niño. Hace año y medio mi tía me llamó y me dijo que si quería ir a conocer un grupo en San Jacinto el domingo, que eran más o menos de mi edad y hacían cosas que yo estaba buscando en ese momento, como un voluntariado, y decidí ir a ver que tal. Debo añadir que hacía bastante que no iba a la iglesia, ni me agradaba mucho la idea porque me fui alejando poco a poco… no veía mi sitio en ella, no encontraba razones ni me gustaban muchas cosas. No sentía eso que escuchaba decir a mi madre, esa fe… ¿a qué?, no podía creer en algo que me decían… algunos me explicaban sus experiencias y vale, genial, solían ser preciosas pero… yo no lo sentía de la manera que me decían que era. Creo que ese es el prin cipal problema de todo, todos intentamos enseñar, transmitir lo sentido o aprendido y la única forma de aprender de verdad es sintiéndolo tú mismo, creando tu propia explicación, tu propia receta de todo. Los conceptos no son universales, son propios, íntimos, diferentes. Y al llegar a San Jacinto y conocer a esas personas… comencé a crear mis propias recetas. Me encantaba ir los domingos al grupo, ver a esas personas, escucharlos, verlos reír, estar allí entre esas paredes, no se explicarlo… es una sensación de euforia en un momento de desconexión absoluta. Decidí ir a un encuentro en Madrid, entonces el campo de personas de ese circulo agrandó, no tenía mucha idea qué querían decir esas inicales: MJD… pero me sentía igual que en San Jacinto. Estaba en casa, con una familia enorme y cada miembro de ella me hacía sentir algo diferente y cada cual más especial. Y el verano pasado terminé por ir al campo, si hay algo que me sobra es la curiosidad y las ganas de conocer… así que, ¿por qué no? Y tenía muchísimas ganas de probar de cerca un voluntariado así… y bueno, esta es la sensación más difícil de explicar, creo que los 15 días estuve en una enorme burbuja de sensaciones, ideas, conceptos… que todavía hoy sigo poniendo en orden. Lo cierto es que todo esto sólo le ha traido más trabajo a mi cabeza, que ha tenido que empezar de cero con una maraña de ideas contrapuestas a las que ya existían y ha tenido que enfrentarse a sensaciones fuertes que le han pillado por sorpresa y sin refuerzos…. Y eso era exactamente lo que estaba buscando.
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