Éramos unos 20. Teníamos entre 17 y 18 años. Nos acabábamos de confirmar juntos en la Basílica de San Vicente Ferrer de los Dominicos, en Valencia, después de tres años de catequesis en el colegio. La mayoría nos conocíamos de vista del colegio, pero no habíamos cruzado más de dos palabras. Éramos muy diferentes entre nosotros… y la vergüenza (y en cierto modo los prejuicios) nos impedían ser conscientes de lo que allí estaba naciendo.
Fueron nuestros catequistas, a los que tanto tenemos que agradecer, quienes nos animaron a crear un grupo de post-confirmación y comenzamos a reunirnos en el Pouet de San Vicent los viernes por la tarde. Poco a poco nos fuimos conociendo mejor, compartimos oraciones, convivencias, ratos de comunidad, cenas benéficas… y “sin darnos cuenta”, nació la comunidad de Endavant.
Con el paso de los años, nuestros catequistas (hoy en día, amigos) nos fueron dando responsabilidad hasta que programamos nuestras propias reuniones y nos encargamos de prepararlas cada semana: oraciones, sesiones de comunidad, de actualidad y de formación.
La mayoría de nosotros ya habíamos tenido contacto con el MJD gracias a las Pascuas rurales en Albarracín y llegado el momento, sentimos que el próximo paso era formar parte de este movimiento joven y dominico con el que tanto nos identificamos… aunque hoy en día ya seamos la comunidad “menos joven”.
Aunque parece que fue ayer cuando comenzamos nuestro camino, hace unos meses celebramos nuestro décimo aniversario con una fiesta a la altura de las circunstancias.
Muchas personas han pasado por el grupo durante este tiempo y cada una de ellas ha dejado una marca especial en él. Hoy, las personas que formamos Endavant no somos los mismos que hace 10 años: hemos crecido y madurado en la vida y en la fe, algunos han dejado Valencia por trabajo o por amor, otros se han decantado por el voluntariado en el extranjero, ya hemos vivido alguna que otra boda en comunidad y pronto celebraremos otra que nació en nuestro grupo…
Pero por mucho que nuestras vidas estén cambiando, continuamos reuniéndonos todos los domingos en el convento de Cirilo Amorós de Valencia más unidos que nunca. Continuamos creciendo como amigos y como comunidad de fe joven y dominica.
A por los 10 siguientes…