El pasado domingo 23 de Octubre, jóvenes dominicos de diferentes zonas de España nos reunimos en Sevilla, en el convento de Santo Tomás, con motivo de la toma de habito de los novicios, entre ellos, nuestro amigo Miguel Fabra.
Creo que hablo por todos cuando digo que fue un día repleto de emociones, donde se respiraba alegría, ternura, y sobre todo, mucho amor.
Desde el minuto cero se podía ver el brillo en los ojos de los que iban a dar este paso tan importante y en sus caras se refleja felicidad y nerviosismo por lo que estaba a punto de suceder: el revestimiento, el comienzo de una nueva vida para llegar a ser fraile en la Orden de Predicadores.
Tengo que decir que ha sido un placer poder asistir y compartir este día tan especial con Miguel y con todas aquellas personas que bajaron a Sevilla e hicieron de aquel momento un día para recordar.
Para mi ha sido una experiencia muy emotiva ya que Miguel, que nos ha estado acompañado estos primeros meses del curso en Kénosis, nos ha trasmitido su ilusión por empezar esta nueva etapa de su vida, y a mi personalmente, me ha hecho partícipe de esa ilusión. Como se comentó en la oración que celebramos con él el día anterior, quien no arriesga no gana, no nada, y él es un valiente.