Pascua en Alcalá la Real

Pascua en Alcalá la Real

Llegamos a Alcalá la Real y lo primero que nos encontramos fue la alegría de las monjas y la acogida fraterna tanto de monjas como de laicos, pintaba bien…

El jueves después de una oración en la que reflexionamos mucho del sentido del Amor, del Amor que Dios nos tiene y el que podemos dar al prójimo,  tuvimos una formación muy interesante sobre la misericordia de la mano de Fray Javier Aguilera, “traspasados por la misericordia”, nos habló de la importancia de poner rostro, de cómo Dios escucha el clamor de su pueblo y baja a liberarlo, la importancia de poner a Jesús en el centro de nuestra vida. Reflexionamos los textos de Isaías 61 “El espíritu de Dios está sobre mí, porque me ha ungido a proclamar la Buena Noticia a los pobres, la liberación de los oprimidos…” Dios obra desde la misericordia, haciendo presente el Reino de Dios, y nos invita a luchar por la libertad, tanto individual, como social, a curar las heridas nuestras y de los demás…¡Dios cuenta con nosotros!; el cristiano practicante es el que vive con amor (Mt 25). Tomó de ejemplo la parábola del Buen Samaritano. Llegó junto a Él…nos hizo ver la importancia de salir de nuestra propia realidad, de nuestros prejuicios, comodidades, normas que nos deshumanizan, para encontrarnos con el otro, para conocerle, comprenderle, amarle…Nada humano, nos puede ser ajeno. El samaritano ve la realidad, tiene compasión de él, y transforma esa realidad, le da de lo que tiene y puede que lo necesite después. Todos somos hermanos, lo que hacemos con los que queremos, tenemos que hacerlo con todo el mundo, el samaritano se acerca al judío, cuando no se podían ni ver.

Después celebramos los oficios, con el lavatorio de pies y la eucaristía que alimenta nuestra vida; para acabar el día acabamos con la hora santa, un momento de Encuentro con Dios, de adorarle, agradecerle, de sentir su Amor, y que este nos lleve a amar a todos los que sufren, a quienes también tuvimos presentes.

El viernes santo, después de una oración, sobre el grano de trigo, que si no muere no da fruto, las últimas frases de Jesús y una pequeña reflexión sobre como Dios está cerca de todos los que sufren, volvimos a los brazos del Padre, con el acto penitencial, a través de la parábola del hijo pródigo, o el Padre Bueno “ Padre, perdóname, quiero volver a tu lado”. Por la tarde después de escuchar la pasión, adorar la cruz y hacer la oración universal, nos quedamos contemplando a través del Vía Crucis.

El sábado santo, tiempo de espera y confianza en Dios, lo empezamos con el Evangelio, donde Jesús le pregunta a Pedro ¿me amas? y actualizábamos esa pregunta a cada uno de nosotros…después vimos la película “De Dioses y hombres” muy recomendable, profunda y actual; sobre un grupo de monjes trapenses en Argelia, que se ven amenazados por la violencia de un grupo islamista,  y donde no es fácil tomar decisiones: por un lado saben que Dios, como buen Pastor, nunca les abandona, es bonito ver que en cada momento importante, siempre se les ve volviendo a la fuente a través de la oración,  por otro lado piensan que su lugar está ahí, y marcharse es morir y abandonar a su gente, pero por otro lado tienen miedo, e intentan buscar sentido, esperanza…Al final la comunidad decide quedarse ahí, que Dios ponga su mesa para amigos y enemigos, resisten gracias a la fe y a la confianza en Dios; hay una escena que nos gustó mucho, al cenar como se pasan la copa de vino, simbolizando el cáliz que van a beber…

Y por fin llegó el momento de la Vigilia Pascual, Dios se queda con nosotros, como nos había prometido, su luz ilumina nuestro camino, su Palabra inspira nuestra vida, nos envía a amar y servir con misericordia, a resucitar a una nueva vida para vivir la alegría del Evangelio, Él nos ama, nos acompaña, es fuente de Vida, y quiere que todos seamos felices y compartamos esta felicidad con todos los que nos rodean. No nos cansemos de predicar a este Dios de la misericordia! ¡Feliz Pascua de Resurrección!

Después de unos días de pascua y echar la vista atrás solo puedo dar gracias a Dios por todo lo que nos hace vivir y ponernos en el camino. Esta pascua ha sido especial por habernos hecho sentirnos cada vez más familia, desde las hermanas por predicar con su sonrisa, a los laicos por acoger y compartir y como no, a mis compañeros/as de viaje que me hicieran vibrar en cada instante.

 

¡FELIZ PASCUA 2016!

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